El problema de las enfermedades de las articulaciones siempre es relevante. Después de cuarenta años, aproximadamente un tercio de todas las personas comienzan a sentir dolor al moverse, y después de cincuenta, más de la mitad de la población comienza a sentir dolor. Los médicos denominan osteoartritis a la destrucción gradual de cartílagos, ligamentos, huesos y tejidos blandos alrededor de las articulaciones.
¿Cómo se puede prevenir esta condición? ¿Y qué tratamientos ayudarán a aliviar el dolor cuando la enfermedad ya se ha desarrollado? Para responder a estas preguntas, primero es necesario comprender la diferencia entre artritis y artrosis, las patologías articulares más comunes.
¿Qué es la artritis?
La principal diferencia entre artritis y artrosis se puede ver en los nombres: las enfermedades agudas y repentinas terminan en "-itis"; con "-de" – enfermedades de curso lento, procesos crónicos.
La artritis es una lesión inflamatoria de las articulaciones que se produce debido a un mal funcionamiento del sistema inmunológico debido a una infección (por ejemplo, dolor de garganta u otitis media), traumatismos, trastornos metabólicos, hipotermia, estrés u otros motivos (incluso autoinmunes).
Los primeros signos aparecen así:
- dolor agudo en una o más articulaciones (a menudo no sólo durante el movimiento), especialmente temprano en la mañana;
- agrandamiento, hinchazón, edema, enrojecimiento de la articulación dolorida;
- un aumento notable de la temperatura en el lugar de la inflamación.
Los procesos inflamatorios provocados por la artritis pueden afectar a todo el cuerpo. En este caso, el paciente siente fiebre alta, escalofríos, pierde fuerzas y puede experimentar inflamación de otros órganos (ojos, sistema genitourinario, incluso corazón, pulmones, hígado y riñones).
La artritis tiene varias docenas de formas. Los más comunes son:
- reumatismo– inflamación del tejido conectivo de las articulaciones grandes y medianas que se produce después de infecciones;
- artritis reumatoide– un proceso lento autoinmune que afecta simétricamente a varias articulaciones a la vez; provoca la aparición de "nódulos", dolor, pérdida de movilidad; puede causar inflamación de muchos órganos;
- gota– causada por la acumulación de ácido úrico en la sangre y sales en las articulaciones; la mayoría de las veces comienza con un dolor agudo en la articulación del dedo gordo del pie;
- artritis reactiva– ocurre en el contexto de daños al cuerpo por infecciones (clamidia, estreptococos, etc. );
- artritis infecciosa– comienza debido a una infección bacteriana de la propia articulación.
¿Qué es la artrosis?
A diferencia de la artritis, la artrosis no se acompaña de procesos inflamatorios. Provoca mala circulación en la articulación, lo que hace que las partes cartilaginosas comiencen a secarse.
La artrosis es una enfermedad que deforma y destruye el tejido articular. Con él, las capas de conexión se deshidratan, se vuelven más delgadas y se "desgastan". Los huesos comienzan a tocarse entre sí, lo que provoca dolor y dificulta el movimiento de la persona.
Los signos de artrosis de las articulaciones son:
- después de un largo período de inmovilidad (por ejemplo, un descanso nocturno), la articulación se "congela", pero luego se desarrolla rápidamente cuando se reanuda la actividad;
- el funcionamiento de la articulación se acompaña de sonidos extraños (chasquidos, crujidos, chirridos);
- la actividad física causa dolor.
¿Cuáles son las diferencias entre artritis y artrosis?
Ambas enfermedades afectan las articulaciones. Pero son causados por razones diferentes, proceden de manera diferente y pueden tener consecuencias muy diferentes. Sólo un diagnóstico correcto, basado en la diferencia entre artritis y artrosis, puede evitar daños irreparables al organismo.
Se necesita tiempo para que la degeneración del tejido del cartílago se desarrolle lo suficiente y comience la deformación ósea. Por tanto, la artrosis crónica suele manifestarse en la vejez (después de los 60 años, con menos frecuencia después de los 50). Las más susceptibles a cambios son las articulaciones que trabajan constantemente bajo carga: los dedos de los músicos, las rodillas de los deportistas y cargadores, los tobillos de las personas que caminan mucho o trabajan de pie, etc.
Por el contrario, la artritis puede ocurrir incluso en un niño. El proceso inflamatorio causa patología de la membrana sinovial, saturada de vasos sanguíneos y líquido articular (mientras que en la artrosis simplemente se produce en cantidades insuficientes). Desafortunadamente, casi uno de cada cinco casos de discapacidad en el mundo es causado por diversas formas y complicaciones de la artritis.
La inflamación puede afectar no solo a las articulaciones, sino también a otros tejidos con circulación sanguínea activa: vasos sanguíneos y corazón, pulmones, órganos abdominales, ojos, sistema urinario, etc. Por otro lado, la artrosis está limitada por el daño mecánico local de los huesos y la formación de osteofitos en las zonas de deformación de las articulaciones. Aunque en etapas tardías y formas avanzadas, la enfermedad también puede provocar discapacidad, inmovilizando completamente las extremidades de la persona.
¿Cómo se manifiestan la artritis y la artrosis?
Comparemos las manifestaciones externas para explicar claramente la diferencia entre los síntomas de la artritis y la artrosis.
- Dolor. En las etapas iniciales de la artrosis (que dura años), el dolor articular aparece durante la actividad física y desaparece con el descanso. Rara vez es agudo y fuerte. Incluso a medida que avanza la enfermedad, cuando el dolor puede aparecer incluso con pequeños movimientos e incluso en reposo, suele bastar con darle al cuerpo una posición cómoda para que el dolor desaparezca. Con la artritis, al paciente le molestan ataques de dolor agudo de gran fuerza, que solo pueden extinguirse con medicamentos especiales. Un síntoma característico es el dolor durante el reposo, especialmente temprano en la mañana.
- Chasquidos, chirridos, crujidos de articulaciones.. En las articulaciones afectadas por artrosis, las capas de cartílago se destruyen. Dejan de proteger las cabezas de los huesos del contacto entre sí. Por tanto, al moverse, los huesos se tocan y se frotan, produciendo sonidos ásperos y secos. Cuanto más progresa la enfermedad, más fuerte y ruidoso hacen clic las articulaciones. La artritis no suele ir acompañada de estos síntomas.
- Deformación de la articulación y los tejidos circundantes.. El desarrollo de la artrosis con el tiempo provoca un cambio en la forma de los huesos: sus cabezas comienzan a desmoronarse y desgastarse, y pueden aparecer osteofitos. A veces, en las etapas agudas hay hinchazón y dolor, pero estos síntomas no son permanentes. Pero una articulación afectada por la artritis se inflama y se hincha. Se producen hinchazones y compactaciones. La piel se enrojece y se calienta.
- Movilidad limitada. La osteoartritis causa rigidez en una articulación específica que desaparece con el movimiento. En etapas más profundas, la rigidez aumenta, la amplitud de flexión disminuye y, en última instancia, conduce a la inmovilidad. Con la artritis, es posible que sienta rigidez en todo el cuerpo y los intentos de moverse le provocarán un dolor agudo.
- Cambios en la composición de la sangre.. La artrosis no es una enfermedad inflamatoria, por lo que no se refleja en el análisis. La artritis provoca un aumento significativo en la velocidad de sedimentación globular, lo que indica un proceso infeccioso e inflamatorio activo.
Por lo tanto, los síntomas de la artrosis en las primeras etapas rara vez pueden causar ansiedad e incomodidad graves. Esto conduce a una actitud descuidada y a un diagnóstico tardío de la enfermedad, lo que complica el tratamiento posterior.
Causas de la osteoartritis
Hay varios factores que aumentan el riesgo de cambios patológicos en las articulaciones y los tejidos circundantes: sobrecarga constante, desequilibrio de los sistemas inmunológico y hormonal, mala forma física. Por lo tanto, para prevenir enfermedades, es necesario seguir periódicamente estas recomendaciones:
- Mantener una actividad física moderada mediante ejercicios sencillos, caminar, nadar, etc. Esto le ayudará a deshacerse del exceso de peso, mejorar la circulación sanguínea, fortalecer los músculos y, por tanto, aliviar la tensión en las articulaciones.
- Trate de comer alimentos saludables. Los alimentos grasos, las carnes rojas y el alcohol pueden ser perjudiciales. Por el contrario, los mariscos, frutas y verduras y los platos que contengan cartílago y gelatina serán beneficiosos para el organismo. Es importante beber mucha agua limpia (2-3 litros al día).
- Elija ropa y zapatos adecuados: tacones cómodos, lo suficientemente abrigados, que no restrinjan el movimiento.
- Si es posible, evite el estrés, las perturbaciones y otros "shocks" del cuerpo.
Sin embargo, si a una persona ya le han diagnosticado artritis o artrosis, antes de realizar acciones tan simples, debe consultar a un médico. En algunos casos, la prevención convencional también puede causar daño y empeorar la afección.
Pero, ¿cómo se tratan la artritis y la artrosis? ¿Cuál es la diferencia? Las causas de estas patologías difieren: procesos inmunológicos, lucha contra las infecciones en el primer caso versus desnutrición del cartílago en el segundo. Por tanto, las formas de afrontarlos serán diferentes. Para elegir el curso de acción correcto, primero debe realizar un diagnóstico preciso.
Para hacer esto, lo mejor es someterse a una radiografía y una resonancia magnética en combinación con análisis de laboratorio de sangre y orina. Después de estudiar los resultados, el médico le prescribirá las recomendaciones adecuadas.
Tratamiento de la artritis
Si la forma aguda de la enfermedad es causada por una infección, se puede curar con antibióticos. Pero en este caso, es importante seleccionar con precisión el medicamento: es necesario neutralizar las bacterias patógenas antes de que la patología de la articulación se vuelva irreversible. El curso se complementa con medicamentos antiinflamatorios y de apoyo inmunológico.
En el caso de la artritis crónica (por ejemplo, la reumatoide), el tratamiento debe realizarse de forma regular durante toda la vida. Los más utilizados son los corticosteroides, los citostáticos y los productos biológicos modernos. Se trata de fármacos bastante potentes, por lo que para garantizar que no causen daño al organismo, es fundamental calcular correctamente las dosis, la frecuencia y la duración de su uso.
Para el dolor intenso, su médico también puede recetarle un tratamiento con analgésicos. Y necesariamente se recomiendan métodos de apoyo complementarios: dieta, fisioterapia y un curso de fisioterapia. Si la inflamación se ha extendido a otros órganos, se debe derivar al paciente a exámenes especializados adicionales.
Tratamiento de la artrosis
Los métodos modernos permiten eliminar casi por completo las manifestaciones de la enfermedad si el diagnóstico se realiza en una etapa temprana y la edad del paciente no llega a los cuarenta años. Para ello, además del control estándar de la tensión en la articulación y un tratamiento con medicamentos (que inician la regeneración, restablecen la nutrición y la hidratación del cartílago), al paciente se le pueden recetar envolturas de barro, electroforesis y terapia acústica (que afecta a la zona afectada). tejido con sonidos de baja frecuencia).
En personas mayores o en formas avanzadas, la artrosis no se puede curar por completo, aunque es posible lograr una mejora significativa de la afección y ralentizar los procesos destructivos en la articulación. Esto requiere un estricto cumplimiento de las recomendaciones del médico: uso regular de medicamentos (por ejemplo, condroprotectores), mantenimiento de un estilo de vida saludable, finalización oportuna de los procedimientos prescritos y control de la carga articular.
En la artrosis, la atención principal se presta a la restauración de la capa de cartílago. Si hay síntomas concomitantes de procesos inflamatorios, se pueden recetar antibióticos o corticosteroides para aliviar la etapa aguda y pasar al régimen de tratamiento principal. En algunos casos graves, puede ser necesaria una cirugía e incluso la implantación de una articulación artificial.