La osteocondrosis es una enfermedad muy extendida de los discos intervertebrales que afecta a personas de distintos grupos de edad. Hoy en día se diagnostica en más del 40% de las personas bastante jóvenes menores de 35 años, y entre la categoría de mayor afecta a 9 de cada 10 personas. Tiene varias etapas de desarrollo, y cuanto antes se detecte la patología, más fácil y eficaz será el tratamiento y menor será el riesgo de desarrollar complicaciones peligrosas.
¿Qué es la osteocondrosis?
Los discos intervertebrales se encuentran entre los cuerpos vertebrales y son una especie de amortiguadores que absorben el estrés al caminar o realizar otras actividades físicas. Tienen diferentes tamaños según su posición: en la región cervical los discos son los más pequeños, y en la columna lumbar son los más grandes.
Todos están construidos igual. En el centro está el núcleo pulposo, que es el componente principal del disco y tiene una gran elasticidad. Está rodeado por una membrana fibrosa y placas terminales.
La osteocondrosis es una enfermedad degenerativa-distrófica en la que se produce un cambio en la forma y el tamaño de los discos intervertebrales como resultado de su abrasión y se crean las condiciones previas para la formación de hernias, deformaciones de los cuerpos vertebrales, espondilosis y otros trastornos.
El adelgazamiento de los discos es consecuencia de la desnutrición del tejido del cartílago, lo que conduce a una disminución gradual de su elasticidad y a un aumento de la fragilidad.
Como resultado, los discos cambian de posición, su altura disminuye y se forman microfisuras en su membrana fibrosa. Esto crea serias condiciones previas para la formación de hernias intervertebrales, pellizcos de las raíces espinales o de los vasos sanguíneos.
Los más mínimos cambios en el estado de los discos provocan la interrupción de sus funciones. Esto se acompaña de dolor de diversos grados de intensidad. Al mismo tiempo, se crean requisitos previos para el desarrollo de enfermedades de los órganos internos, ya que la calidad de su actividad depende directamente del estado de la columna y de la conductividad de los impulsos bioeléctricos a lo largo de los nervios.
Puede afectar uno o más discos intervertebrales en cualquier parte de la columna. Por tanto, la osteocondrosis se diagnostica:
- columna cervical;
- columna torácica;
- columna lumbar.
En casos especialmente graves, el proceso patológico afecta a la mayoría de los discos intervertebrales de la columna vertebral, lo que se acompaña de molestias en toda la espalda y una pérdida casi total del rendimiento. Pero la mayoría de las veces, la osteocondrosis afecta la columna lumbar, ya que es la que soporta la mayor carga, así como los discos intervertebrales de la columna cervical debido a su alta movilidad.
Desarrollo
Durante la osteocondrosis, se pueden distinguir a grandes rasgos 4 etapas:
- Disminución del nivel de hidratación del disco, lo que provoca su deshidratación y la formación de microfisuras. A menudo, en esta etapa todavía no hay manifestaciones de la enfermedad incipiente.
- Una disminución de la altura del disco, lo que conduce a la aparición de los primeros síntomas de patología. En esta etapa, hay una disminución en la distancia entre los segmentos individuales, lo que conduce a una disminución en el tono de los ligamentos espinales y crea la posibilidad de desplazamiento de las vértebras de sus posiciones naturales, es decir, el desarrollo de espondilolistesis. En tales situaciones, se observa con mayor frecuencia un curso ondulatorio de la enfermedad. Puede distinguir entre períodos de exacerbación, acompañados de dolor agudo, y períodos de remisión, en los que no hay ninguna molestia o hay dolor.
- Deformación del disco intervertebral afectado con formación de protrusión o prolapso. A veces hay participación de las articulaciones en el proceso patológico, que se manifiesta por el desarrollo de artrosis o subluxaciones vertebrales. En esta etapa, el sistema inmunológico reacciona a los procesos que ocurren en la columna desarrollando una inflamación aséptica con hinchazón de los tejidos que rodean el segmento motor espinal afectado. En este caso, el dolor se produce con regularidad, se pueden observar espasmos musculares reflejos y limitaciones de la movilidad. En casos raros, ya se desarrollan signos de déficit neurológico (síndrome radicular) como resultado del pellizco de las fibras nerviosas por las protuberancias resultantes de los discos intervertebrales.
- Desarrollo de complicaciones. Dado que el cuerpo humano tiene amplias capacidades compensatorias, cuando el disco intervertebral pierde su capacidad para realizar sus funciones, se activa el proceso de osteosíntesis para asegurar las vértebras en una posición estable. Esto conduce a la formación de protuberancias óseas (osteófitos) en los bordes de los cuerpos vertebrales del segmento espinal afectado. Como resultado, debido a ellos, dos o más vértebras se fusionan firmemente, formando un solo conglomerado, es decir, se desarrolla espondilosis. Esto siempre conduce a nervios pinzados y al desarrollo de síntomas neurológicos agudos en forma de paresia, parálisis y alteraciones graves en el funcionamiento de los órganos internos correspondientes.
Razones
Hoy en día existen muchas teorías sobre el desarrollo de la osteocondrosis, incluidas las vasculares, mecánicas, hereditarias, hormonales, infecciosas y alérgicas y otras. Pero ninguno de ellos es capaz de explicar completamente el mecanismo de desarrollo de cambios en los tejidos de los discos intervertebrales. Por tanto, lo más probable es que todos se complementen.
Por tanto, una gran cantidad de factores muy diversos pueden conducir al desarrollo de la osteocondrosis. Entre ellos, los más significativos son:
- predisposición genética;
- realización regular de trabajo físico pesado;
- mantener un estilo de vida sedentario;
- la presencia de escoliosis u otras deformidades de la columna;
- sufrir lesiones en la espalda;
- dieta desequilibrada, deficiencia de vitaminas;
- enfermedades infecciosas;
- trastornos metabólicos;
- anomalías congénitas de la columna (anomalía de Kimerli, anomalía de Chiari, anomalías craneovertebrales, sacralización, lumbarización);
- sobrepeso;
- estrés severo regular.
Se cree que la influencia más significativa sobre el estado de los discos intervertebrales es la sobrecarga constante de un determinado segmento de la columna vertebral. Esto puede ser no solo realizar un trabajo físico duro y monótono, sino también agacharse constantemente o el hábito de sentarse durante mucho tiempo. En tales situaciones, se ejerce una tensión adicional sobre los discos, músculos y ligamentos, y otros factores solo agravan la situación.
En general, la osteocondrosis puede considerarse una enfermedad casi natural relacionada con la edad, que es un precio inevitable a pagar por caminar erguido.
Síntomas
El primer signo del desarrollo de la enfermedad es la aparición de un crujido en la parte de la columna donde se observa la aparición de cambios degenerativos-distróficos. Es consecuencia de la aparición de alteraciones en la nutrición del disco y de la progresión de su deshidratación. En esta etapa, los pacientes casi nunca buscan ayuda médica. Por tanto, su rutina diaria, hábitos alimentarios y otros factores siguen siendo los mismos, lo que contribuye al empeoramiento de la situación y al paso de la enfermedad a la segunda etapa.
Como resultado, comienzan a aparecer síntomas típicos de la osteocondrosis:
- tensión muscular severa en el área afectada en solo uno o ambos lados de la columna;
- dolores agudos y dolorosos que se intensifican con cada movimiento y ganan intensidad con el tiempo, volviéndose insoportables;
- entumecimiento en los brazos o piernas;
- debilidad;
- rigidez de movimientos, limitación no autorizada de la movilidad;
- disminución del tono muscular hasta completar la atrofia;
- mala postura;
- aumentos repentinos de la presión arterial.
A medida que avanza la patología, los signos de osteocondrosis empeoran. El 80% de los pacientes experimentan un dolor sordo en el área del segmento de movimiento espinal afectado, que también es característico de la miositis.
Osteocondrosis de la columna cervical.
Cuando la columna cervical se ve afectada, el dolor tiende a irradiarse a la cintura escapular, los brazos y se producen otras manifestaciones de trastornos neurológicos. Los pacientes mantienen la cabeza en la posición menos dolorosa y, si es necesario, giran todo el cuerpo.
Además, pueden desarrollarse patologías de los órganos inervados por la región de la médula espinal de la columna cervical:
- tinnitus y enfermedades de los órganos otorrinolaringológicos;
- mareo;
- visión borrosa;
- migrañas;
- aumentan los niveles de irritabilidad y ansiedad;
- problemas de sueño;
- mayor riesgo de reacciones alérgicas;
- Disminución de los niveles de hormonas tiroideas.
Con la osteocondrosis de la columna cervical, a menudo se diagnostican además el síndrome de la arteria vertebral y la distonía vegetativo-vascular.
La infección de la columna cervical con osteocondrosis, especialmente cuando se complica con protuberancias y hernias intervertebrales, puede provocar pellizcos de los vasos sanguíneos. Esto conlleva una alteración del suministro de sangre al cerebro, que puede ir acompañada de ataques de mareos, pérdida del conocimiento e incluso un derrame cerebral.

Osteocondrosis de la columna torácica.
Con la osteocondrosis de la región torácica, que se diagnostica con bastante poca frecuencia, se produce dolor en la columna a la altura de los omóplatos y puede intensificarse incluso al respirar profundamente. A menudo se sienten detrás del esternón, lo que puede confundirse con una enfermedad cardíaca.
Cuando se pellizcan las raíces espinales, aumenta el riesgo de enfermedades de los órganos internos, en particular:
- bronquios y pulmones (asma, bronquitis, neumonía, pleuresía);
- vesícula biliar y su conducto, hígado (colecistitis, ictericia, trastornos de la absorción de grasas);
- páncreas y duodeno (trastornos digestivos, dolor en el hipocondrio izquierdo);
- glándulas suprarrenales, que afectan la fortaleza general del sistema inmunológico y pueden provocar el desarrollo de alergias;
- riñones (trastornos urinarios, pielonefritis crónica, glomerulonefritis, etc.);
- órganos pélvicos (trastornos digestivos, enfermedades ginecológicas, urológicas, infertilidad).
Hecho: el daño al disco intervertebral de la séptima vértebra torácica por osteocondrosis puede provocar el desarrollo de diabetes mellitus.
Osteocondrosis de la columna lumbosacra
Con la osteocondrosis de la región lumbar, se observa lumbago, llamado lumbago. Esto se acompaña de un dolor ardiente e insoportable que aparece repentinamente. A menudo, a los pacientes incluso les resulta difícil sentarse, levantarse y caminar, lo que puede indicar el desarrollo del síndrome radicular. En tales situaciones, es fácil notar cómo se sientan y se levantan lentamente, intentando en la medida de lo posible evitar inclinar el torso.
Si surgen complicaciones, el principal peligro es pellizcar los nervios de la cola de caballo, ya que esto puede provocar un control deficiente sobre los procesos de vaciado de los intestinos y la vejiga, así como la parálisis de las piernas. También en tales casos se puede desarrollar lo siguiente:
- apendicitis;
- diarrea, estreñimiento;
- dolor en la parte inferior del abdomen;
- disfunción de la vejiga;
- impotencia;
- dolor en las rodillas, pies, caderas o zona de la ingle;
- hinchazón de las piernas.
Complicaciones
La osteocondrosis es una posible causa de una gran cantidad de enfermedades diferentes. Muy a menudo, si no se trata, conduce a la formación de protuberancias y hernias intervertebrales. Esto a su vez puede causar:
- mielopatía discogénica, que termina en paresia, atrofia muscular, cambios en los reflejos tendinosos, pérdida del control sobre la micción y la defecación e incluso parálisis de las extremidades;
- radiculopatía;
- escoliótica u otra deformidad de la columna;
- infarto de la médula espinal debido a la compresión de la arteria que la alimenta;
- Accidente cerebrovascular debido a la compresión de la arteria occipital.
Diagnóstico
La aparición de dolor en la espalda y el cuello debe ser motivo de consulta con un neurólogo o vertebrólogo. Cuanto antes se diagnostique la osteocondrosis, más fácil y eficaz será el tratamiento.
Para diagnosticar la enfermedad, el médico entrevista y examina al paciente. Según sus resultados, ya se puede suponer la presencia de cambios degenerativos en los discos intervertebrales. Pero para el diagnóstico final, se prescriben métodos de diagnóstico instrumentales, que incluyen:
- resonancia magnética;
- CONNECTICUT;
- Radiografía en dos proyecciones.
La resonancia magnética proporciona la información más completa sobre el estado de los discos intervertebrales. El procedimiento se realiza principalmente en dispositivos de tipo cerrado con una potencia de 1,5 T. Con su ayuda se puede diferenciar la osteocondrosis de la espondilitis tuberculosa, la osteomielitis, las enfermedades infecciosas, etc.
Las tomografías computarizadas y las radiografías brindan información sobre las estructuras óseas de la columna. Gracias a ellos es posible detectar desplazamientos de los cuerpos vertebrales, presencia de osteofitos y otros trastornos.
Además, se podrá prescribir lo siguiente:
- Ultrasonido con Dopplerografía de vasos del cuello;
- electromiografía;
- investigación de laboratorio.
Tratamiento de la osteocondrosis
La terapia se desarrolla individualmente para cada paciente. En este caso, se debe tener en cuenta la gravedad de los procesos degenerativos-distróficos, la presencia de complicaciones, la naturaleza de la actividad laboral del paciente y muchos otros factores.
A todos los pacientes se les debe prescribir un conjunto de medidas, ya que es imposible eliminar los cambios patológicos en los discos intervertebrales solo con la ayuda de medicamentos. Los componentes de la terapia conservadora para la osteocondrosis pueden incluir:
- terapia con medicamentos;
- osteopatía;
- terapia manual;
- fisioterapia (fonoforesis, ozonoterapia, carboxiterapia, presoterapia, corrientes de RF);
- Sesiones individuales con un rehabilitador.
Se recomienda a todos los pacientes diagnosticados con distrofia del disco intervertebral que reconsideren su estilo de vida. Es imperativo reservar tiempo para la actividad física moderada, especialmente para los representantes de profesiones sedentarias, o, por el contrario, pensar en la posibilidad de cambiar de profesión para las personas que se ven obligadas a levantar objetos pesados todos los días.
Pero en el período agudo se recomienda reposo absoluto. Se garantiza no solo manteniendo el reposo en cama, sino también mediante el uso de vendajes ortopédicos: en caso de daño a la columna cervical, se utiliza un collar Shants; En caso de osteocondrosis de la región lumbar, se recomienda usar corsé.

En las primeras etapas del desarrollo de la enfermedad, a menudo es suficiente hacer ajustes en el estilo de vida, realizar terapia de ejercicios y visitar a un quiropráctico. En casos más avanzados, necesariamente se prescriben terapia con medicamentos y fisioterapia.
Nunca recurras a la automedicación con medios dudosos, a la autoprescripción de antiinflamatorios, así como a dudosos “curanderos” que se posicionan en Internet: puedes perder no sólo tiempo, dinero, sino también los restos de tu salud.
Terapia con medicamentos
Para la osteocondrosis, se prescribe un complejo de medicamentos para reducir el dolor, eliminar la inflamación y los espasmos musculares reflejos, mejorar la conducción nerviosa y activar los procesos de regeneración de tejidos de los discos intervertebrales.
Por lo tanto, a los pacientes se les prescribe:
- AINE: ayudan a reducir el dolor y tienen un efecto antiinflamatorio;
- corticosteroides: exhiben poderosas propiedades antiinflamatorias;
- relajantes musculares: eliminan los espasmos musculares, lo que ayuda a reducir el dolor de espalda;
- Vitaminas B: garantizan un mejor funcionamiento del sistema nervioso en general y la conducción de los impulsos nerviosos a lo largo de los nervios individuales en particular;
- la vitamina D es un remedio responsable del estado del tejido óseo, así como de las funciones cerebrales superiores, como la memoria, la atención y el habla;
- condroprotectores – nutren los discos intervertebrales con los compuestos necesarios para la construcción de nuevas fibras del núcleo pulposo;
- medicamentos psicotrópicos: aumentan la eficacia de los medicamentos antiinflamatorios no esteroides y los relajantes musculares;
- medicamentos vasculares: mejoran la circulación sanguínea en los tejidos que rodean la columna, lo que garantiza un suministro más activo de nutrientes y oxígeno a los discos intervertebrales;
- Anticonvulsivos: utilizados en casos raros para aliviar espasmos muy intensos.
Para dolores muy intensos, que suelen indicar complicaciones, los pacientes pueden someterse a bloqueos de espalda, que proporcionan un efecto inmediato. A veces se añaden hormonas corticosteroides a la solución para realizar el bloqueo. Esto conduce además a un pronunciado efecto antiinflamatorio.
Los bloqueos se realizan en condiciones de absoluta esterilidad, que sólo pueden lograrse en instituciones médicas especializadas. Al mismo tiempo, requieren conocimientos y habilidades especiales, por lo que sólo un trabajador sanitario altamente cualificado puede realizar esta tarea de forma competente. De lo contrario, existe un alto riesgo de infección o daño de la fibra nerviosa, lo que conducirá al desarrollo de complicaciones graves.

Durante el bloqueo, generalmente se administran inyecciones en ambos lados de la columna en el área donde se encuentran los nervios que causan el dolor. Existen varias técnicas para realizarlas, entre las cuales la específica es seleccionada por el médico de forma individual.
Pero es recomendable realizar bloqueos no más de 4 veces al año. Dado que con la osteocondrosis los ataques de dolor agudo y doloroso ocurren con mucha más frecuencia, primero vale la pena dirigir los esfuerzos para eliminar las causas de su aparición, es decir, el proceso degenerativo-distrófico en la propia articulación.
Terapia manual
Las sesiones de terapia manual se prescriben fuera del período de exacerbación de la osteocondrosis. Desempeñan uno de los papeles principales en el tratamiento de la enfermedad, ya que el uso competente de técnicas manuales en la columna y los tejidos circundantes ayuda no sólo a detener la progresión del proceso patológico en los discos intervertebrales, sino también a crear las condiciones más favorables para su restauración.
Además, determinadas técnicas también pueden tener un efecto positivo en el funcionamiento de los órganos internos. Por ejemplo, uno de los métodos está diseñado, al normalizar la posición de cada vértebra, para eliminar la presión sobre las raíces espinales, los vasos sanguíneos y las membranas espinales y así restablecer la conexión normal del órgano con el sistema nervioso. Esto permite eliminar las causas ocultas del desarrollo de las enfermedades del corazón, bronquios, pulmones, riñones, tracto gastrointestinal y sistema reproductivo antes mencionadas y conduce a una recuperación completa.

Gracias al efecto preciso de las joyas en la columna, no sólo se activa la circulación sanguínea y se acelera el metabolismo, como ocurre con un masaje terapéutico clásico, sino que también se activan mecanismos naturales de autocuración. La eliminación de las curvaturas de la columna, la posición incorrecta de las vértebras y otros cambios patológicos en la columna mediante terapia manual puede fortalecer aún más el sistema inmunológico, mejorar el bienestar general y mejorar significativamente la calidad de vida.
Se pueden notar cambios positivos después de la primera sesión y, en el futuro, su gravedad solo aumenta.
Fisioterapia
Los procedimientos fisioterapéuticos aumentan la eficacia de todos los demás métodos de tratamiento de la osteocondrosis y ayudan a reducir el dolor. Utilizado con mayor frecuencia:
- electroforesis: el uso de corriente eléctrica para asegurar la penetración de anestésicos, antiinflamatorios y otros agentes directamente en el sitio de la inflamación, lo que permite obtener rápidamente un efecto terapéutico pronunciado;
- Terapia de ultrasonido: el efecto del ultrasonido proporciona un efecto analgésico, mejora la intensidad de los procesos metabólicos en el área de influencia y crea los requisitos previos para la restauración de alta calidad de los discos intervertebrales adelgazados;
- terapia detensor: consiste en estirar y masajear la columna sobre un colchón acanalado especial, que activa la circulación sanguínea y aumenta el tono muscular;
- La terapia de tracción o tracción espinal se realiza mediante dispositivos especiales que crean una carga de tracción en la columna, como resultado de lo cual la distancia entre las vértebras aumenta y la presión sobre el disco intervertebral desgastado disminuye drásticamente, lo que le permite recuperarse más activamente.

Todos los procedimientos se prescriben en cursos de 10 a 15 sesiones. A la hora de elegirlos se tiene en cuenta no solo el estado de los discos intervertebrales, sino también la presencia de enfermedades concomitantes, ya que en algunos de ellos ciertos efectos físicos están contraindicados.
Terapia de ejercicio
Los ejercicios terapéuticos para la osteocondrosis juegan un papel importante, ya que los ejercicios seleccionados correctamente para dañar diferentes partes de la columna pueden ayudar a formar un corsé muscular fuerte y al mismo tiempo eliminar el aumento del tono muscular. Esto proporcionará un buen apoyo a la columna y detendrá la progresión del proceso degenerativo en los discos intervertebrales. Además, la terapia con ejercicios ayuda a activar la circulación sanguínea y aumentar la intensidad de los procesos metabólicos.
Elaborar un programa de fisioterapia es tarea de un médico rehabilitador. Según la gravedad de la lesión de la columna, las características del desarrollo físico del paciente, su edad y otros factores, creará un conjunto óptimo de ejercicios, cuya implementación creará una carga óptima en los músculos y la columna.
Las primeras clases deben realizarse bajo la supervisión de un médico. Una vez que el paciente aprende a realizar cada ejercicio correctamente se le permite continuar practicando en casa. Es importante evitar cualquier movimiento brusco. Todos los ejercicios se realizan diariamente de forma lenta y suave, y la carga se aumenta gradualmente. Pero la aparición de dolor durante el ejercicio es una buena razón para negarse a realizar el ejercicio que lo provocó.

Prevención
Es mucho más fácil prevenir el desarrollo de una enfermedad que afrontar sus consecuencias más adelante. Dado que la osteocondrosis puede afectar a todas las personas tarde o temprano, conviene pensar en los posibles riesgos lo antes posible y hacer todo lo posible para prevenirlos. Por tanto, cada persona debe seguir las siguientes recomendaciones:
- evite la inactividad física, haga ejercicio con regularidad, nade y, durante el trabajo sedentario, haga descansos regulares para calentarse;
- preste atención a su postura al caminar o sentarse;
- compre un colchón y una almohada ortopédicos de alta calidad;
- observar la técnica correcta para levantar pesas: con la espalda recta y las rodillas dobladas;
- cambiar los zapatos casuales por unos más cómodos y dejar los zapatos de vestir para ocasiones especiales;
- comer bien para que el cuerpo no experimente deficiencias nutricionales y el peso se mantenga dentro de los límites normales.
Solo hay una forma de evitar la aparición y manifestación de los síntomas de la osteocondrosis: empezar a cuidar de usted y de su salud. Dado que la osteocondrosis no es solo una enfermedad, sino un complejo de cambios tónico-musculares y neurodistróficos, que son la respuesta del cuerpo a la inactividad física, la tensión estática crónica de los músculos de la columna, la situación ambiental y la neurosis crónica, especialmente común entre los habitantes de la ciudad, la natación en la piscina y los programas de estiramiento, incluido el yoga.
Por lo tanto, la osteocondrosis es una enfermedad muy común, pero con una cuidadosa atención a su propia salud, puede combatirla eficazmente a cualquier edad. Pero ignorar el problema no conducirá a nada bueno y tarde o temprano obligará al paciente a acostarse en la mesa de operaciones.